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Es aquí cuando se da una ruptura bastante común en la realización de los anhelos personales más sinceros y auténticos en la mayoría de los casos. Usualmente nos quedamos cortos o no alcanzamos un equilibrio sustentable en la inversión de insumos emocionales, intelectuales y materiales para alcanzar nuestras metas profesionales más ambiciosas. 

Con el paso del tiempo, y al no tener una guía o referencia directa de cuánto deberías invertir en estos tres aspectos en tu carrera profesional, ni tampoco la manera de canalizar dichas inversiones, se da un proceso inevitable; no conseguir el avance o desarrollo esperado, las expectativas se van desinflando y la incertidumbre aparece, así como la duda y el debilitamiento de la confianza. La consecuencia más común de esta serie de acontecimientos es adecuar los sueños o metas a los resultados sesgados obtenidos en ese determinado momento, achicar las expectativas e inclusive, buscar otras alternativas profesionales y personales. Lo peor de todo esto, es que es sumamente común, no solamente en nuestro gremio, sino en la sociedad en general.

Partiendo de esto, haré una descripción personal de manera breve sobre lo que considero fundamental a la hora de construir estos tres pilares para la realización de todo sueño, basándome en la suficiente inversión de insumos emocionales, intelectuales y materiales. 

Emocionales: vital identificar los valores compatibles a nuestra carrera que ya tenemos en el momento en que emprendemos el camino de realizar dichas metas en su expresión más basta y ambiciosa, a la vez determinar cuáles son mis debilidades emocionales, así como enumerar de forma clara un listado de valores y rasgos emocionales que representen el “paquete emocional básico” para el éxito de tu proceso a corto, mediano y largo plazo en el cumplimiento de tus más auténticas metas.

Intelectuales: trazar cuáles son los pasos académicos para facilitar el camino al éxito o a la cúspide de nuestros anhelos, fomentar un desarrollo constante de conocimientos propios de la carrera y de la vida en general, y ser integrales intelectualmente hablando. Tener un sentido de selectividad y criticidad que permita filtrar la calidad de la información, así como la búsqueda y elección de propuestas formativas certeras y fiables, ya que dentro del gremio hay cantidades enormes de información imprecisa, errónea o confusa, por lo que es trascendental formarse con profesionales con trayectoria renombrada, resultados tangibles y carreras incuestionables. Los rasgos de la curiosidad y la capacidad de análisis son determinantes en este pilar.

Materiales: acá considero de gran importancia la formación financiera o investigar sobre un manejo saludable de los fondos con los que contamos. También ver cuales son las estructuras de ahorro que se ajustan a nuestras posibilidades, así como las posibles fuentes de ingresos que sustenten el desarrollo de este pilar sin poner en riesgo la cantidad de tiempo disponible para formarnos y practicar nuestro instrumento al más alto nivel. Dicho esto, doy paso a este apartado, ya que la inversión material en nuestra carrera es determinante, porque la calidad de nuestros instrumentos, clases, festivales, instituciones, partituras, accesorios y demás insumos, serán elementos que incidan de manera positiva o negativa en nuestro desarrollo. 

En mi caso, puedo dar fe que invertir en mi formación profesional asistiendo a festivales en Europa con profesores de élite. Fue un antes y un después en mi camino formativo, que me marcará durante toda mi carrera, siendo incontables los beneficios de esta inversión económica, que dicho sea de paso, no contaba con los medios monetarios para asistir, pero que gracias a la astucia, investigación, trabajo, apoyo de mi círculo afectivo-familiar cercano y ayuda institucional, pude asistir durante tres veranos consecutivos y que en el último de éstos, obtuve una beca para realizar estudios en Italia, y que me abrió aún más puertas y contactos en el medio, así como mejorar mi hoja de vida. 

Después de hablar brevemente de estos tres pilares , me tomo la libertad de agregar un cuarto elemento imprescindible según mi punto de vista en la realización de las metas ambiciosas y sueños auténticos. Este cuarto elemento consta de un referente o referentes que ya hayan realizado sus propios sueños o metas en las instancias más grandes posibles, que vivan sus sueños más sinceros y que hayan llegado a la plenitud máxima en su carrera, lógicamente que lo idóneo sería que esta o estas referencias sean del mismo campo que nosotros, aunque no es del todo necesario. La idea con este cuarto punto, es que tengamos acceso directo, en el mejor de los casos, a alguien que ya cumplió nuestros anhelos desde su experiencia personal y que nos sirva como guía en nuestro camino, así como una fuente tangible de inspiración en el proceso, uno de los motores más útiles para alcanzar la grandeza de nuestros sueños. En mi caso, fueron, son y serán, muchísimos las y los referentes dentro y fuera del mundo de la trompeta que me dieron esa luz para encontrar mi camino. Fueros desde series de manga japonesa, libros, entrenadores de fútbol, familiares, súper estrellas de la trompeta, artistas populares, en fin, una lista interminable.